Me gusta escribir. Puede que no lo haga perfectamente o que simplemente no lo haga bien, pero lo disfruto. En ocasiones quiero decir cosas y no las digo por miedo a la reacción. En esas ocasiones cojo alguna de mis libretas y escribo cosas que si lee otra persona no entenderá. Quizás es que nadie me entiende o que me hago la complicada sin querer. Quizás no quiero decirle a cualquiera las cosas que pienso porque son mías. Quizás no sé compartir mis pensamientos hablándolos.
Al leer cosas del pasado pienso que todo ha cambiado; al releerlas sé que en realidad no. Personas diferentes, mismos problemas. Situaciones nuevas, patrones antiguos. Siempre se buscan cambios ajenos a uno mismo, cuando éstos no son posibles sin un cambio propio.
Estas palabras puede que no aporten nada, que no signifiquen nada para nadie, excepto para mi. Algún día necesitaré leerlas para darme cuenta de que no cambio y de que no tengo intención de hacerlo. De forma que todo será aparentemente distinto pero detalladamente igual.
A veces los problemas no son problemas y se les busca solución. La lluvia es bonita pero existen los paraguas. Si nos da miedo el agua, ¿cómo no nos va a dar miedo cambiar?
