Si muero mañana, tranquilos, no estaré solo.
Me encontraré con mis mentiras,
con mi lado malvado, mi Ira,
allá en el desmembramiento
que provoca Satanás.
Conllevaré estancia con mi Envidia,
esa que se entrega a toda gente,
esa que vive en aguas inertes,
donde se zambulle Leviatán.
Compartiré sueño con mi Lujuria,
donde entre fuego y azufre me veo,
en aproximaciones a mi furia,
asfixiado por el manto de Asmodeo
Quizás comparta mesa con mi Gula,
hecha de retales, en forma de ataúd,
destinado a merendar corazones
servidos por el mugriento Beelzebub.
Quizás miré de soslayo, y entre señores
vea a mi Avaricia colocada, como dicta el canon,
en un baño de aceite hirviendo
donde prende la llama de Mammon
O, puede ser que, de esto, me de Pereza
Y me encuentre con esta última
Que no siente ni padece, que no sabe del amor
Que sólo sabe del veneno de la lengua de Belphegor.
¡Oh! Pero por favor
No quiero en tus ojos lágrimas,
que no son victimas mis páginas,
aunque no sepan de pasión.
Que me da igual si el sol me tima
y sé que la luna sólo fue su clon.
Que mi realidad es una ficción.
Que mi vida sólo fue una pantomima.