Hay palabras dañinas,
que abrasan en tu interior,
son lejía que quema,
y duele, no porque te quemen,
te duelen,
porque te hieren.
Hay momentos que son como cuando limpias con la lejía sin guantes, sabes que siempre tienes que usarlos, pero no lo haces sabiendo que luego te escocera.
Elisa.
16/08/16 10:08