El dueño de una tienda estaba colocando un anuncio en la puerta que decÃa: "Cachorritos en venta".Esta clase de anuncios siempre atraen a los niños, y pronto un niñito apareció en la tienda preguntando cuál era el precio de los perritos.
El dueño contestó que oscilaba entre $30 y $50. El niño metió la mano en su bolsillo, sacó unas monedas y dijo: "Sólo tengo $2.37, ¿puedo verlos?".
El hombre le explicó que cuando el perrito nació, el veterinario le dijo que tenÃa una cadera defectuosa y que cojearÃa por el resto de su vida.
El niño se emocionó mucho y exclamó: "¡Ese es el perrito que yo quiero comprar!". Pero el hombre replicó: "No, tú no vas a comprar ese cachorro, si tú realmente lo quieres, yo te lo regalo".
El hombre insistió contestando: "Tú en verdad no querrás comprar ese perrito, hijo. Él nunca será capaz de correr, saltar y jugar como los otros perritos".
El niño se agachó y se levantó la pierna de su pantalón para mostrar su pierna izquierda, cruelmente retorcida e inutilizada, soportada por un gran aparato de metal. Miró de nuevo al hombre y le dijo: "Bueno, yo no puedo correr muy bien tampoco, y el perrito necesitará a alguien que lo entienda".