Que te meten en la cabeza que no te puedes levantar,
que quieren que te mantengas quieto, dentro y sin gritar,
una marioneta más de una sociedad podrida,
un clon más, que viste y piensa igual,
siendo lo peor de todo, las quejas, cuando nos quieren etiquetar.
Cómo pretendemos que nos respeten,
si primero debemos respetarnos nosotros,
tras cada crítica, cada insulto, cada puta etiqueta,
nos alejamos más de aquello, que se supone,
que queremos lograr.
Llamamos utopía a todo aquello,
que no tenemos los suficientes cojones de salir a pelear.
Quién me va a decir que no es fácil quedarse en casa,
twitteando con un café, lo mal que está el mundo,
y ni en las elecciones ponerse en pie, e ir votar.
Si de verdad crees en el cambio,
no te quedes sentado,
pelea por aquellas personas,
que en sus casas luchan entre ellas,
olvidándose del verdadero enemigo, nuestra mierda de sociedad.