La amistad con Juan, era buena, en el primer día que estábamos juntos ya nos habíamos contado muchas confidencias, muchas alegrías, muchas penas, aun estábamos comiendo y teníamos una mirada de complicidad como si hiciera años que nos conocíamos, años juntos y quedando casi a diario.
Esa noche también eran los fuegos artificiales, empezaba la feria de Málaga, se presentaba una noche perfecta, cenar, ver los fuegos desde la playa y luego ir a tomar algo, seguían las confidencias, las risas...
Me sentía muy a gusto a su lado, feliz de que hubiera venido y más feliz aun de haber tenido la oportunidad de conocer a una persona como el, una gran persona, a la cual con solo mirarla a los ojos, ya te daba una gran lección de vida sin necesidad de abrir la boca...
La noche llego y ambos listos para salir de mi casa e ir a cenar, ya se notaba mas cariño que el de una amistad normal, miradas cómplices, caricias disimuladas, palabras cariñosas, no recuerdo ya todo cual paso, pero si los detalles a grandes rasgos. Cenamos en una hamburguesería enfrente de la playa, pues los chiringuitos estaban todos llenos, cuando acabamos de cenar fuimos a la playa y nos sentamos en la arena a ver los fuegos. Fue entonces cuando vi sus tatuajes sus tres serpientes en la espalda, me sorprendió lo que dijo después de que los tocara, algunos vieron esas serpientes, pero yo fui la primera persona que las acaricio, aun mas sorprendida me quede cuando me pregunto si no me daba cosa tocarlas.
Terminamos de ver los fuegos y al poco rato nos fuimos para mi casa pues el estaba cansado del viaje y todo el día, cuando llegamos, nos tumbamos ambos en su cama y estuvimos hablando, fue entonces cuando empezó a notarse el feeling, mientras nos acariciábamos las manos mientras hablábamos...

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