Débil vientecillo que con su movimiento derrota al Sol en sus esfuerzos por darle calor a la piel azulada.
Fresco, no frío.
Aire de día, aire de tiempo, aire dulce que marca el camino, que dibuja ondas sobre el suelo, que flota y se dispersa, que habla, que busca y que me encuentra con los ojos entreabiertos..., a mi aire.
Levedad suspendida que viaja en redondo, aire de Bóreas, rugiente, desafiante.
Aire que anima a salir de las cuevas, que canta y que silba al viento de borrascas.
Aire que llama por su nombre al presente, que domina los picos de las altas montañas y riza el pelo de las olas oscuras.
Aire que empuja mi barco y frena a los piratas que vienen de frente, aire de guerra, de paz, de vacío.
Aire de nieve, blanco y silencioso, aire de estornudo, fuerte, resfriado, aire respirado y luego exhalado; último aliento.
Aire enamorado, guía de los besos que se dejan sobre la palma de la mano.
Aire de recuerdos, de sueños conseguidos, burbuja que se escapa del mundo submarino, que corre y que se alarga en aras de empaparse fuera del agua.
Aire de tu mundo, aire en su lugar, aire común, a tu manera..., a tu aire.
