Paz.
Inmerso en una rutina que agobia, ahoga tus ilusiones y te hacer empequeñecer, intento buscar mi espacio apartado de todo.
Un espacio que, aunque no es muy largo, si que es enriquecedor, en el que pienso sobre qué tengo, y si realmente soy consciente de mi suerte.
Somos propensos a quejarnos de nuestra vida y no nos damos cuenta de lo afortunados que somos. Y si pararamos todos alguna vez descubriríamos todo el mundo interior que tenemos.