TusTextos

Una Noche Más

Debería haber callado. Permanecer en aquella fatigosa mentira. Que más fácil es subsistir sin ataduras y con pretextos menos amargos.
Vago en busca de motivos, por más ínfimos que parezcan. Así, recitar es más asequible y más sugestivo si se tiene una sola razón para hacerlo.
Indagar entre piedras sepultadas. Desnudar otro sabor más atractivo y tentador que el anterior. Algo, extrañamente interesante tienen, como para dedicarles un solo minuto en aludirlos.
Hacemos de los pensamientos insólitas paradojas y entonces, es cuando parece el vacío despertarse. Razón por la cual me invito a penetrar en semejantes psicosis sin sentido.
Ambos hacen, lo que denominan, el amor. Observando esos ojos siniestros que evidencian los caóticos andares que se respiran. Sometidos a una belleza, ligeramente humana. Que placer es poder desdibujar y alborotar, a pesar del frío de la noche que uno siente por su cuerpo, las raíces de su pellejo. Atragantándose con palabras que solo exigen ser expuestas en libertad; cohibidas por un temor que estrujen mis quimeras, hasta matar cualquier fogosidad que ocasione un solo suspiro. Haciendo olvidar ese olvido que altera la subjetividad ilógica de las cosas.
Revolcándose entre ásperas sábanas que hieren sin querer, tiñéndose de un rojo sangriento las paredes. ¡Que disparate!
Entonces, le tocas los "cojones" al sentimiento, cuya palabra despreciable me provoca una sensación repulsiva incitando al deseo a sentir pavor. Mejor que le siga subestimando un poquito más. Al igual que mis desoladas palpitaciones que impacientes están. Que no sabes lo que es despertarse y estar embriagada por la música y un tremendo placer que me produce perderme entre la multitud de mis entrañas.
Lo más deplorable de todo, es que nadie se preguntó quien era. ¡Esos malditos racionales! Que el cuerpo es solo cuerpo, materia inútil e ineficaz. Que follarse con estupor a la conciencia es todavía más placentero. A esas mentes me refiero yo, taciturnas y pensativas. Entrañables y arropadas de un misterio incesante. Que vagan por las calles solitarias y de un sosiego un tanto melancólico. Que se detienen, a menudo, a observar esa inconcebible melodía curiosamente silenciosa.
Nailaa30 de marzo de 2013

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