Los volantes de mi vestio'
se mueven entre tus piernas,
entre roces y locuras
bailamos al mismo son.
No quiero que te despegues
que se pierda tu calor,
porque me llena hasta el alma
sentirme junto a mi amor...
La música envuelve todo,
las risas y algo de alcohol,
la gente se va perdiendo
seguimos solos tu y yo...
Te alejas en paso atrás
para volverte a enredar,
yo te sigo desde cerca
pues me gusta tu bailar.
Mis volantes no se apartan,
te custodian con recelo
porque temen que la brisa
te aleje de mis deseos.
La madrugada ha llegado,
los pies no sienten el suelo,
mis volantes te han dejado
marchar sin mirar atrás...
Que los volantes de tu vestio' vuelvan a cimbrear en otra noche al compás de danzarina melodía, Namari.
Este poema respira movimiento y alegría. Baile y revuelo de deseos.
Un gustazo leerlo.
Besotes para ti!