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Western Argentino

Te voy a mentir, desde el empiezo y hasta el final. Esto no es un análisis periodístico o una crónica, lo único que es verdad en este relato es que la realidad siempre supera a la ficción.
Vamos a situarnos en una ciudad no muy grande, para que exista la posibilidad de que todos se conozcan. Tampoco en una ciudad tan chica como para que parezca una historia que pasa en algún pueblo perdido de un país al fin del mundo, una de esas ciudades donde la mayoría fue en algún momento de su vida. Tiene que tener una cárcel, o estar cerca de una cárcel, ya que también necesitamos una persona juzgada por un crimen, que consiguió salidas transitorias y le gusta volver al barrio donde vivía antes de que lo atraparan, antes de que se equivocará.
Nelson, vamos a ponerle Nelson; en una de sus salidas transitorias, mientras pasea por el barrio ve parado al costado de un auto a Jonathan, a este lo voy a llamar Johnny, a punto de irse, de llevar a algún lado a uno de los pequeños del barrio (dejó a criterio del lector si era uno de sus nuevos soldaditos o solo un pequeño que estaba ahí).
Ese hijodeputa me mandó a la gorra para quedarse con el barrio Grita Nelson mientras corre a buscar su 38 adentro de la casa. Imagino alguna discusión dentro de la casa con la madre que le pide que no haga ninguna cagada, que no va a salir más si bardea. Nelson seguramente grita algo o solamente revuelve cosas hasta que encuentra el fierro y corre a la puerta. Ve pasar el auto y dispara.
Ruido, golpe seco y sangre por todo el auto. Johnny mira el asiento del acompañante y ve una persona de 15 años que sangra por algún lugar de la cabeza y escucha más tiros desde atrás. Podemos pensar en la cercanía que sentía por el pequeño, o solo una reacción pero Johnny acelera hasta el hospital que queda a 6 cuadras. Llega a la puerta, pide ayuda, un camillero ayuda a bajar al chico que está muy mal herido pero todavía respira. Vuelve a subir al auto y acelera, no puede dejar las cosas así.
Mientras el auto se aleja, en el barrio pasan dos cosas muy notables. Los amigos de Johnny se preparan, porque no entienden lo que acaba de pasar, pero saben cómo va a terminar. Los WhatsApp empiezan a llegar casi tan rápido como corre Nelson a la casa de uno de los pocos amigos que le quedan en el barrio.
Que hiciste, pelotudo??? Tómatela, que me van hacer cagar a mí también. Es lo único que le dice Cristian cuando lo ve entrar.
Rescatate o vos también me vas a cagar? Le grita Nelson mientras le apunta.
Que vas hacer gato? Me vas a matar? dice el dueño de casa mientras le pasa la cerveza que está tomando.
La otra cosa notable es como todos los demás vecinos que viven en el barrio (elijamos un barrio carenciado, de casas prefabricadas con gente humilde y sencilla, de esas que durante años le enseñaron que es mejor no meterse y que trabajando toda la vida tal vez puedan tener una vida digna) entran a sus casas y cierran todo, porque ellos saben cómo va a terminar todo esto.
Jonathan vuelve a su casa a las 20 hs (vamos a poner un horario donde el sol ya se haya ido así le da más teatralidad a todo lo que se avecina). Entra, ve a toda la banda, grita un par de instrucciones, putea, tal vez arenga algo. Salen a buscar al sin código que dispara por la espalda, mientras caminan por el medio de la calle en una escena digna de un western argentino, ven venir un patrullero, que de tantos llamados de los vecinos la comisaria decidió mandar a ver que estaba pasando. Sin pensarlo mucho, todos empezaron a disparar contra el patrullero. Solo un tiro impacto contra la unidad. Pero sirvió para dejar el mensaje: que nadie se acerque.
Los vecinos dentro de las casas se abrazan con sus familias y esperan que termine pronto. Algunos se vuelven a plantear la posibilidad de irse del barrio si pasan la noche. Otros solo dejan de pensar en la suerte que les toco y rezan para no cruzarse en el camino de ninguna bala perdida. El patrullero se va para no volver.
La banda del Johnny decide cubrirse de los policías, si bien saben que tienen todo arreglado no quieren que se metan y Nelson se escape. Deciden mover los autos de los vecinos y cerrar dos calles para que nadie los moleste.
Cuando llegan a la casa de Cristian disparan. Como película de mafiosos, pero sin tantas balas, desde adentro también disparan. Se gritan cosas, se siguen disparando. Después de dos horas los de afuera deciden que no están llegando a ningún lado y que no se ve nada. Prenden la luz de un auto apuntando a la casa. Desde adentro disparan al auto con la esperanza de apagar las luces. El resultado es el motor del auto prendido fuego.
En la confusión del fuego, Cristian se replantea si su lealtad vale su vida. El único final que le ve a esto es él y Nelson muertos. Cuando su amigo se acerca a la ventana a ver qué pasa afuera, aprovecha para salir corriendo por la puerta del costado.
Los que lo ven disparan y empiezan a correrlo. Ese es el puto de Cristian grita Johnny. Después lo agarramos.
Con el auto prendido fuego se les ocurre una idea para hacerlo salir. Llenan unas botellas de birra con nafta, un pedazo de una remera que sacaron de algún patio y ya tienen la manera de hacer salir a Nelson de la casa o verlo prenderse fuego, lo que el elija. Prenden la primera y la tiran al techo de la casa. Prende enseguida, pero Nelson responde con disparos. Pasa una hora y media casa arde. 38 en la cintura, escopeta en la mano izquierda y 38 en la otra mano, Nelson sale corriendo por la puerta de atrás. Un disparo lo alcanza en la pierna pero llega a tirarse adentro de una casa por la ventana. Por la puerta salen corriendo una familia mientras los amigos del Johnny tiran una molotov por la misma ventana que entró al que están buscando. La chica más grande grita y no quiere irse. Mientras la casa empieza a incendiarse mucho más rápido que la otra, salen corriendo por la puerta dos nenitos muy chiquitos descalzos y en calzoncillos. El primo de Johnny aprovecha para correr a la puerta y tratar de meterse para terminar con todo. Cae de espaldas con un agujero en el pecho del escopetazo. El que venía atrás recibe un disparo de la 38 en el estómago. Todos empiezan a disparar mientras corren a la casa. Nelson es el primero en quedarse sin balas. Dos son los encargados de llevarse a los heridos al hospital, el resto entra a la casa. Sale Johnny con la cabeza en alto de su enemigo mostrándola a aquel que se atreva y quiera mirar. Uno de sus secuaces tira una pierna a los perros del vecino. Entre cuatro llevan lo que queda del cuerpo desmembrado al medio de la calle. Los perros se acercan ante el olor a comida. Johnny los alimenta con la cabeza antes de irse con lo que queda de su banda a festejar.
De a poco la noche se llena de silencio y los vecinos más valientes salen a socorrer a sus iguales. Con baldes y mangueras hacen lo que pueden hasta apagar el incendio. Una vecina trae una frazada para tapar el cuerpo, no por piedad, sino por el simple motivo que no le gusta que los perros del barrio se lo estén comiendo.
Con el fuego apagado el barrio vuelve a estar de noche. A una cuadra se escucha el llanto de una señora que vio todo por la ventana de su casa. Podes parar de llorar? Ya se terminó todo, son las dos y media de la mañana y en cuatro horas me tengo que levantar para ir a trabajar. Podes apagar la luz y meterte en la cama? le gruñe Carlos a su esposa. Sandra se fija si la puerta está bien cerrada, apaga la luz y se mete a la cama. Mañana ya es lunes y hay que ir a trabajar.
Natobassine09 de mayo de 2017

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