Quinto, sexto, séptimo.... Ni yo mima lo se, de todos modos me enciendo otro cigarrillo y el cenicero sigue estando lleno, y esta vez no pienso levantarme, me niego a verlo vacío  nuevo.

Ella se queda sentada en esa mesa, en esa habitacion y frente su pantalla. Y el cenicero sigue estando lleno, y así seguirá, se niega a verlo vacío otra vez, a empezar de nuevo, a tirar las colillas y a que este otra vez vacío, no quiere verse reflejada en el cristal.

Ella desquiciada, sorprendida e impaciente espera algo que tiene que llegar, espera a que le quite la amargura, el mal sabor de boca de fumarse el cigarrillo frente a la pantalla y no frente a el.
Ni ella misma sabe lo que siente, ni lo que hace ni lo que dice, ni se entiende ella ni le entiende a el. 
Quiere sentirse deseada, como el la hace sentir, como la toca, como la mira, como la besa, como la piensa...
Quiere desearle a el, quiere sentir su pecho contra el suyo, quiere oírle reir, reírse de ella, con ella... Quiere que la quiera, quiere entenderle y que le entienda.
Quiere que la desnude, poco a poco, lentamente, quiere ser su primera vez, quiere ser suya solo por esta vez.
Quiere evadirse del momento, dejar que fluya el tiempo, la brisa, las ganas de correr tras el.
De imaginarse como seria, como podría ser, imaginarse cada movimiento, cada latido.
Volver a oír su nombre de su boca, como le gusta, como le gusta que lo diga el.
Quiere que le cuente la vida, que le narre su sonrisa, el atardecer, quiere que la bese en el cuello, fuerte muy fuerte, que le muera el oído y que grite su nombre.
Quiere que la persiga y perseguirle a el, quiere sentirse querida, y quererle a el.

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2 Comentarios

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  Matias

  el tabaco hace mal y no pega... te felicito por tu relato . saludos

  19/12/12 04:12

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  Naughtyswallow

  Lo sé lo sé... Gracias Matias !

  20/12/12 09:12