Sísifo carga con su pesada piedra mientras modela el camino por donde pasa. Un incesante juego de carga y descarga convierte este mito en la clave para entender el dolor humano, la bárbara actitud de la constancia frente a la necesidad de una clara apertura al mundo.
Sísifo camina errante por nuestras montañas, por los valles, por el paisaje de la vida presintiendo que su pesada deberá seguir en estos lares su vertiginosa constancia.
Planes para demostrar la voluntad de unos frente a otros. Supuestas convenciones y pactos. La inmensidad de una roca que nunca alzarán las palabras coherentes, sino los actos coherentes, la verdad convertida en justo derecho de todos a todo.
Siempre, siempre trato e ser honesto con migo mismo, y de aquí en adelante, no me queda otra que ser sincero allá hasta donde puedo. Por esto mismo querido Neo, escribo lo que pienso, cargado de mayor o menor razón, pues según casos y color, cada uno tiene la suya propia y cualquier le discute, pero es leyendo cosas como esta, tan coincidentes en ocasiones con mi propia opinión, donde me digo. -No Antonio no, no estas tal loco.-
un abrazo