Esos espacios en mi mente me retienen del bullicio de la ciudad donde habito... donde sobrevivo. Lamentablemente no puedo decir que salgo librado al filo de mi propia espada, pues dentro de este espacio me aguarda la nostalgia y a veces no regreso por semanas... pero como dices labras la tierra... la cena está servida... Bueno, esto es lo que tus palabras evocan en mi pensamiento...
Magnifico como siempre... Saludos...
Con tu sello, este poema o reflexión, me trae varias imágenes, la de las palabras, tantas como existen, el otoño, inevitable estación en la que nos encontramos, el pliego del papel en blanco, y tierra, montes, caballos, o el ritmo del mar, peleando por formar un poema.
Cuando te leo, es como si abriera una puerta al pensamiento, ya ves como me gusta.
Saludos.
Viene desde el mar el ritmo
y la rima lima el perfil del poema.
Tema para que renazca el verso.
Terso rostro de piel fina.
Afina el acorde el violinista.
Precioso me ha gustado pasarme por aqui deleitarme con tu hermosa inspiración.
Saludos cariñosos.
Una extravío de retratos inmersos en un universo policromo y amplio, el diario quehacer, la fruición en lo visto, objetivos tangibles, palpar lo inmaterial, el procurarse placer en lenguaje prosaico.
Bailan las palabras, juegan los sentidos, gana la lírica.
Mi saludo Greko.
Es verdad que viene el ritmo a veces desde el mar, cuando está tranquilo el vaivén de las olas puede ser como una rítmica canción de cuna. Y los dos últimos versos me traen excelentes recuerdos. Alguna vez he preparado yo una cena mientras en la habitación de al lado sonaban los acordes de un violín. Gracias por compartir tus versos