Me dices con tu presencia
que el árbol tiembla, abatido por la mano,.
Humano ser, heredero de la ira.
Mira hacia la primavera,
truncando ramas, hiriendo corazones.
Silencio sin razones,
el árbol abatido es un ser que sólo espera,
de nuevo Primavera ejercerá de diosa,
mariposa en el cristal,
pedestal de hermosa luz nunca cegadora.
Me dices, que tu amor
es flor de un día.
De un modo semejante decía
el silencio del desierto.
No alivies tu oculto y muerto
murmullo, de aparentes cascadas;
carcajadas de cristalinas aguas,
pies descalzos y auroras casi eternas.
Tiernas caricias del verso y del poema.
Un tema, que rima como al compás,
sabiendo que no te vas
sino que llenas de amor tu espera.
Al regresar la Primavera...
HERMOSO HERMOSO HERMOSO.
Excelente escrito. Gracias por esa entrega.
Serge.