Escribimos, no somos escritores y haciéndolo vaciamos los fantasmas que nos perturban y compartimos las alegrías que nos embargan. No somos ni buenos ni malos.Todos queremos plasmar lo que sentimos, lo que pensamos de la mejor manera posible. Un día el cerebro bulle y abrimos la válvula de escape. Otros muchos la rutina y la monotonía simplemente no te generan la necesidad de compartir nada.No hay nada que escribir.Puedo dormir feliz.
Hola Niebla, estoy de acuerdo contigo, creo que lo podria haber escrito yo. No somos escritores, y aunque esto no es el premio Planeta y no tiene los filtros para asegurar la auntenticidad de nada, ni jueces competentes, volcamos nuestra pasión e ilusión en compartir nuestra letra. Deseosa, al menos por mi parte, de ver si el texto funciona más allá de en tu cabeza y de si alguien dedica un minuto en comentar, a sabiendas que no te responde Follet, Brontë o Bukowski.
A si que tu escrito no era de fogueo y en mi, encontraste una diana.
Sigue disparando!
Siempre me sorprenden tus escritos Niebla. Es difícil mantener en unos "cánones preestablecidos" lo que bulle por salir del pensamiento libre y si marcajes. Como una inquietud, donde la inspiración, las musas o lo que sea, se manifiestan una palabra tras otra hasta componer algo que era una ficción convertida en una realidad escrita.
Maravilloso tu texto, un abrazo.
"Cada letra es una hormiga, con vida propia, que se sitúa donde le da la real gana".
Hace un tiempo que estoy leyendo tus textos, y la verdad, este texto me provoco muchas sensaciones, ademas tiene una cuota de humor y mezcla con desparpajo que también me encanto. Mira, tú no me conoces yo, tampoco, pero gracias a tus inclinaciones literarias he Internet, terminamos sentados como poetas de antaño, sin mas pretensiones que caminar por la vida, con el alma a cuestas.
Te felicito por tu texto.
Saludos gentiles para ti Niebla.
Coincido en muchas de las cosas que dices. Me gustó cómo te expresaste y, sobre todo,las últimas dos frases para cerrarlo.
Nosotros no escribimos los textos, al final son ellos los que nos escriben a nosotros, mostrando nuestro mundo interior sin el más mínimo pudor. Somos como gorriones congelados a una rama y el texto es el viento que acaricia nuestros cuerpos, sin que podamos hacer nada por desembarazarnos de el.
Un texto muy bueno.
Un saludo.