Aquella noche, fue como sentir mariposas dentro de mi garganta; justamente aquella noche le dije a la luna que apartara su mirada de mí.
Mientras las demás personas viajaban entre sueños hacia otros lugares, tú y yo nos cansamos de decirnos al oído las palabras más volteadas y alocadas que pudiese existir dentro de aquel desvelado universo.
Aquella noche vomité como nunca lo había hecho.
Aquella anoche consumí marihuana pensando en tu mirada, mientras mi mirada daba vueltas y gritaba sin parar.
Entre aquella canción desordenada de fondo, tú dijiste quiero que me lleves al lugar donde todos ven colores
Yo te contesté: claro mi pequeña amiga, te llevaré a ti y a todas las palabras que flotan en la niebla que nos cubre.
Y nos fuimos sumergiendo poco a poco dentro de aquel torbellino de locuras incesantes.
Aquella noche, me sentí lo más bajo del universo. Pero me volteé en seco, abrí la puerta y salté al vacío.
Mientras tú fumabas un cigarrillo y te hundías en el suelo ¡¡COMO SI ESTUVIESES SOBRE UNA ALFOMBRA DE AVENA!!
Y mis dedos sonaban como copas de cristal, mientras mis pies tarareaban al sonido de la guitarra de tu cuerpo.
- Parece que después de todo, no salte la ventana; por lo menos no ese tipo de ventanas específicamente (te dije)
Aquella noche, vimos a miles de cuentos de hadas dibujado s en la pared.
O espera mi bella doncella
¿era una broma?
Quedo totalmente desconcentrado; mi cuerpo se levanta lentamente sobre el suelo.
- ¡¡¡VEO COMO TODO EL MUNDO SE RINDE A MIS PIES!! (te grité)
Mientras el polvo blanco danzaba con el viento
Yo me fui elevando más y más.
- Mi bella princesa (te dije)
- ¡¡¡Maldito alcohol!!! (escuché al fondo)
- Marco quita el humo de la casa (escuché a una señora llamada madre, gritando)
Y es que exactamente yo no sé qué ha pasado por mi cabeza, mientras escribía palabras para ti.
Tal vez
se retorcieron
- O se quemaron , mientras aspiraba la última gota (me dijo ella)
- ¿Tú crees que haya sido eso? (contesté)
- Definitivamente
no hay duda de eso (respondió el gato)
- Estoy de acuerdo con el gato (respondiste)
- ¿cómo puedes escuchar al gato? (te grité)
Tan alto, tan alto el techo está.
- No me importa porque ya he alcanzado el cielo
así sea dentro de mis fantasiosas locuras.
Y al despertar, ya eran las 9 de la mañana. Ya había que ir a clases de nuevo.
El gato no volvió a hablar.
Y el humo ya se había ido.
Me volví a sentir el ser más bajo del universo, esta vez sin nada corriendo por mis venas., sólo sangre.
- ¡¡¡Maldito alcohol!!! (escuché nuevamente de fondo, mientras alguien se tropezaba con unas botellas y sonaban al caer al piso).
Loco si Marco, pero bueno de calidad diria yo, de la buena ...
un saludo!!