Cuando el flash iluminó la cara, precisamente absorbió un poco del alma y el suspiro que el modelo sugirió entre pensamientos abstractos.
En una artimaña se convirtieron las palabras que alguna vez, y hace pocos segundos, escaparon de su boca; y es que cada segundo es un clavo que sugiere una verdad poco razonable y poco palpable en la conducta humana.
Una risa que alguna vez se convirtió en melodías, hoy se calcina en un flash que cuela las verdades de una pupila que mira más allá de las sombras.
En un ojo real que carcome los segundos que duró el alma en convertir la imágenes surrealista en una sustancia feliz y carente de sentido alguno.
Porque a la final es conveniente seguir moviendo los labios que dejarse vencer por la tiranía de la tristeza; así sea, ésta última, la que motiva cada mañana a inventar nuevos mundos donde sólo el modelo que hoy fotografiamos, sea el alma y la arrogante felicidad que el mundo necesita.
Si tal vez el sol se colara entre cada flash marchito de una fotografía en blanco y negro, nos diésemos cuenta que muchas veces los ojos son el grito de un alma que llora cada segundo
y no una sonrisa que busca la perfección.
Porque en la vida las verdades se dicen en los ojos, así esté un ciego riendo en un retrato.
P.D: disculpen mi falta de imaginación, es que estos últimos días he estado muy pensativo y poco creativo.
algún día de estos, se me ocurre una buena idea
NIGHT14; Pareciera que la aparente aridez de la imaginaci?n, nos libera; nos hace creer faltar a la imaginaci?n para luego descubrirse satisfecha y sonrriente. El conjuro de la Fotografia se vuelve imprescindible. !!!Muy Bueno???
SAludosss...