Yo ante el agitado viento, en donde las palabras se iban quedando mudas, y en donde mi pelo se agitaba a los pensamientos de la naturaleza, lloro suavemente ante un hermoso mundo plegado de fantasías que revolotean en mi mente como mariposas incesantes por salir.
Arrodillado ante tu imagen desnuda, sólo callo en un silencio que es capaz de tocar tu cintura con tan sólo parpadear.
Aún no entiendo que hago aquí, pero igual prefiero sólo hablarte con mi mirada que se refugia en tu pecho, buscando cobijo ante un frío que quiebra mis huesos y que hoy me he dado cuenta que existe.
Prefiero decir con mis latidos, lo que mis labios no dicen.
Al final de la noche, te has convertido en el ángel que eleva mi espíritu a un universo plegado de colores y calado de sonrisas que sólo en silencio me atrevo a disfrutar.
No quiero tocarte, no quiero mancharte, no quiero volverte mortal.
Sólo admirarte sin decir palabra alguna, sólo llorar ante tu magistral belleza difuminada en una tenue luz de una brisa de verano.
Deja que roce tus oídos con mis manos
Deja que sólo mis labios se nutran con tu sudor; pero no quiero tocarte, sólo imaginarte.
A la final preferí ser un mudo sin nada
que hablarte, tener el mundo a mis pies
pero conformarme con tu huida.
No puedo
en mi mente no cabe tanta maldad.
Sólo callaré...y te rozaré con mis pensamientos
Sólo eso
y nada más.
