Que va tanto tiempo
sin escuchar tu voz.
Que aún duermo con
el teléfono de lado
de mi cama esperando
a que me despiertes
aunque sea de madrugada.
Que aún no puedo
confesarle a mi almohada
que ya no volverás.
Que ese cero en mis
llamadas perdidas me
puede llegar a matar.
Que te llevaste el tiempo
y aún me surge ese nudo
en la garganta al pensar en tí.
Que duele tu rostro en mis
paredes que aún no me digno a retirar...
Que todavía no me dejas
respirar de esta resaca
emocional.
Que este invierno viene más
frío que nunca porque
esta vez no estarás aquí...
Que aquí aún dueles bastante...
Que aún espero a que tu
número me envíe a tu buzón
para poder escuchar tu voz...