Buscare las huellas
de aquel amor dormido
seguiré sus pasos sin
darme por vencida.
Las estrellas serán mi
guía, besare la hierva
que un día de verano
cobijo tu cuerpo junto
al mío.
La brisa distante y
sumisa traerá a mis
oídos el sonido de tu
dulce sonrisa llenando
de sueños este andar sin
prisa.
Y pensare que tu serás
la poesía que en mis pesados
días llenara el vacío que
me vuelve cobarde y me obliga
a no querer olvidarte.
Porque olvidarte, si fuiste
tibieza en mis noches frías
llenaste de calma la tristeza
amarga de algún mal momento
de dulce amor y pecado fueron
nuestros días.
Por todo esto buscare las huellas
de aquel amor dormido.
