Con ojos de niño
sueña la esperanza
que quedo dormida
cerca de tu casa.
Sueños renovados
que te son robados
lagrimas marchitas
que mojan el rostro.
Corres tan de prisa
que la brisa no te
acaricia, solo te sumerge
en leve sensaciòn, de paz
y placer.
Como hacer para que nunca
nadie se adueñe de los sueños
y la esperanza, vivir la vida
lo mejor que se pueda
no permitiendo nunca que
nadie te dañe tanto, que
se enferme el cuerpo y
contamine la mente.
tu poesia es tan existencial que dejas rastros interiores profundos, y por eso ya tienes un estilo que sin firmar , casi se reconoce hasta tu voz en ellos. Buen poema.
CARLOS