Envuelta en la suave frisa
de un sueño callado, esperando
un nuevo amanecer, para recorrer
la arena que frena el mar, caminar
descalza mirando el horizonte, donde
todo de vuelve magia y descaro.
Adorar cuando el sol se mete el
la piel dejando sentir un suave
calor tan merecido, recordando aquellos
tiempos, sin tantos ángeles y demonios
sueltos, donde lo cotidiano se volvía
mágico y sagrado.
El amor era esa dulce y maravillosa
combinación de vida sueños y pasión
mucha pasión, que sin querer nos iba
guiando a sentir esa maravillosa
necesidad de formar una familia.
Añoro como loca todo lo bueno que
se a perdido. en la niñez según recuerdo
los hombres representaban el honor, la
fuerza y la dicha de la chica que lograra
conquistarlos , aunque todavía lo sigo
pensando.
Y mi abuela, que maravilla, su casa
se convertía en el refugio favorito
de mis días, envuelta en el aromas de sus
dulces caseros y sus cuentos donde todas
nos convertíamos en princesas y la magia
de sus recién se olvidaban cuando
llegaba el otro día.
