La calle está llena de patriotas. Los patriotas de derechas y los patriotas de izquierdas.
Los que creen que el país se sostiene gracias a los autobuses de extranjeros, y los que mantienen que antes de dejar entrar, deberíamos arreglar lo que ya hay dentro.
En la calle hay refugiados que vinieron en pateras. Refugiados que lloran la pérdida de otros seres que se hundieron mar adentro.
En la calle hay banqueros que despidieron a empleados. Empleados que buscan futuro, que esquivan desahucios.
En la calle hay niños prodigio que son analfabetos.
Hay ancianos con los huesos rotos, la mirada triste y las manos desgastadas.
En la calle hay blancos y también hay negros.
En la calle hay gente de todos los lados.
En la calle hay mil bocas y cuatro panes, que como siempre, van para el gobierno.
