Ella era la experta de los labios imposibles.
De las madrugadas desiertas.
De los amores sin nombre.
Ella era la experta en arrancarle la ropa a muchos con la misma rapidez
con la que ellos se volvían a vestir antes de amanecer.
Ella era la experta en echar leña al fuego cuando ya era verano.
Ella era la experta en muchas cosas,
pero sobretodo, la experta en la soledad.
Gracias Remi, me complace que me leas, porque sin duda tú escribes muy bien y me alegra enormemente. El placer es mío, por encontrar personas así, que me hacen más bonito el día. Un beso!