De tanto callar nos invadieron los silencios,
poco a poco se fueron muriendo las palabras,
y de ser uña y carne pasamos a ser unos desconocidos.
De tanto callar, nos centramos en nuestros pensamientos,
nuestras ideas, nuestros muros y nuestros fantasmas,
aquellos a los que siempre damos la razón.
De tanto callar, nos fuimos perdiendo,
dejandonos de lado, y las frías noches
nos ubicaron a cada uno en un polo del planeta.
De tanto callar, nos dormimos en un profundo silencio,
no dejemos que el sueño y el cansancio nos embargue y nos quite nuestro mayor tesoro...
...las palabras.
A veces dejamos de expresar nuestros sentimientos sin darnos cuenta que eso nos eleja de la persona a la que amamos.Precioso tu texto, me gustó mucho.Saludos.
Orión: Sé muy bien de lo que estás hablando. Pero a veces los silencios son más elocuentes que las palabras. Tan solo hay que aprender a escucharlos.
Me gusta mucho tu texto. Es realmente bueno.
Hay belleza y armonía en la composición de las frases. Es algo que valoro muy mucho.
Un abrazo.
mi hermano excelente...soy ambicioso en esa parte, quiero algun dia alardear de tener la mejor oyente a milado pero tambien la que mas quiere que yo la escuche..esta en mis favoritos, saludos.
Lau,
es un placer tenerte por aquí, muchas gracias por tu comentario, tienes toda la razón, tenemos que aprender a escuchar más, hablar menos, tratar de no perder nunca el norte y valorar los silencios.