Silenciosamente irrumpen
musas imposibles a nublar
nuestro entendimiento.
Sigilosamente invaden
miedos implacables
anclándonos,
nocturnamente estremecidos.
Silenciosamente te vengo a visitar para sentirme silenciosamente emocionada.
Me lo llevo a mi archivo para que me haga compañía.
Un beso.
Nada más sutil que el diablo que habita en nuestro interior, devorando nuestr corazón con sus sueños...
Como le dije ayer a un amigo, algunos no tenemos musas, tenemos demonios.
Me ha encantado, me lo guardo.
Saludos
Estremecidos de la imposibilidad de las musas, de la nula verosimilitud pero grandiosa veracidad. Miedos implacables que nacen de formas establecidas. Pero si es cuando las musas nos nublan el entendimiento que vemos en realidad.
Un sentimiento muy nocturno Os2. Saludos