Volvemos a estar solos
solos como el océano
viviendo nuestras vidas
en cómoda tiniebla
sin un haz mañanero
que nos blanquee el rostro
o una ventana intrusa
que logre despertarnos.
Para qué queremos despertarnos si nos tenemos el uno al otro, piel contra piel, suspiro con suspiro, pálpito con pálpito.
16/04/10 10:04