Sin lugar a dudas hay un mundo afuera
Lo sé
por el lecho de rosas donde sueño
por el desnudo pie lacerado por el suelo
por la llaga que sangra en mi costado
por el amargo vino que a mis sedientos labios se acerca
por los macilentos cuerpos apilados, a mi lado
por los muros que desmorono con mis manos
por la bala que atraviesa mi cráneo
por el dulce beso de unos labios traicioneros
por el fruto bendito de mi huerto
por la peste que mis pulmones revienta
pero me siento a salvo en este puerto
cuando atisbo estas nubes
este ojo de tormenta...
Soy viajero
me gusta otear los cielos.