Ante los humanos desengaños
y la fragilidad y el miedo de los hombres,
me diste la gratuíta recompensa del viento
y la rotunda fortaleza de lo bello.
Ante todo cuanto en mi axfisiante micromundo
me empequeñece y desconsuela,
obtengo el triunfo final de La Vida.
Nunca más mi alma estará sola
si tan solo aprende a mirar un poquito,
un poquito más allá.