Todos tratamos de ser perfectos. Queremos ser guapos, inteligentes, ser ricos si llega el caso e incluso competimos por ser mejores en nuestro día a día.
Pero si dejáramos de mirarnos con recelo y de compararnos con otros que idolatramos y nos fijamos en que esos ídolos también tienen defectos y que el conjunto de virtudes y defectos es lo que lleva al ser humano a la perfección, dejaríamos de lado miles de complejos para convertir todo eso en felicidad que es de lo que se trata en esta vida.
Vive sin complejos y serás perfecto.
Que razón llevas. Pero no siempre es posible, aunque he de decir que es un bonita meta que intentar alcanzar.