La Rabia





Cuando el odio se apodera de ti, nace la rabia.


Se acontece en la valle de la misericordia,
una herida aturdida en el semblante,
lacerada de impertinentes notas,
sorprendente letanía acuciada,
lastrada y envenenada de mamarrachos,
cuya última elección es permanecer inmóviles.
Rabia, rabia,
rabia indignada en la desilusión,
de las preguntas del ¿por qué?
sin más contestación que la propia pregunta,
porque ya no queda ni el eco,
¡tan solo te encuentras!
Bárbaro animal.

¿Qué has hecho?, que ni palabras te escuchan,
que mentiras te has contado,
que las verdades no responden.
¿Adonde ha ido a parar el arcón de tus ilusiones?
Mira la esperanza y sus ojos no ven,
te quedaste sin alma,
ladrón de quimeras,
aquiescente en si mismo,
te has vuelto vulgar,
juegas a ser quiromántico,
más solo adivinas los números que encuentras,
que ya no inventas,
que solo son los de los portales que visitas,
de las casas de todos tus fracasos,
arcanos de sueños de todas las frustraciones,
acaecidas tiempos atrás,
cuando la rabia era medicina,
manantial de vida,
que no de muerte,
vellocino de Oro aquel,
becerro ahora,
en tu condición de animal,
llora, llora,
llora tu rabia,
llora aquello que dejaste perder,
siente, siente,
toda, toda,
tú rabia,
verter.

La Rabia[...]

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