Si matas a alguien eres un asesino
La vida es como es el examen más difícil, mucha gente suspende porqué intenta copiar a otros, no se da cuenta que cada uno tiene sus propias preguntas. SÍ esperas algo de ella es porqué en el parvulario no aprendiste la lección, las piezas que montas llega otro niño y las desmonta, la vida es imprescindible para la vida pero no para vivir, de hecho vagamos muertos con una etiqueta que tan sólo falta llenar en el mortuorio. Un desconocido un día estos le llegará tu cadáver lo rellenara con nombres y apellidos y tu número será retirado del juego.
Un asesino es un asesino incluso cuando tiene permiso para matar, tanto si eres ateo como si eres creyente nada te exime de la culpa, los hombres matan por banderas, en defensa propia, los hombres llevan matándose desde que fueron conscientes de que lo eran, pero nunca se mata por uno mismo, siempre hay un motivo una causa por la que matar y hay consciencias que se auto aniquilan y borran el recuerdo y hay otras que permanece perenne por siempre y se auto mutilan con la esperanza de encontrar una redención.
Nadie puede entender lo que se siente cuando tienes la vida de un hombre en tus manos, sólo cuando has apretado el gatillo y la bala supera la velocidad del sonido 340 metros por segundo y ese chasquido sónico avanza más deprisa que él, entonces te das cuenta del poder maligno que tienes, es una secuencia rápida, una figura que se desploma y sale de tu retícula para caer desplomado en el suelo, no piensas que esa persona a la que le has arrebatado la vida es como tú, tuvo una niñez, tubo unos padres, vivió, sintió, olio camino fue querido por alguien u odiado por muchos qué más da, tu decisión se enfrenta contra su voluntad y eso no es irreversible, quien es el hombre para quitarle la vida en a otro hombre, hay respuesta a ese dilema, no divagare con trampas políticas ni filosóficas, la respuesta es el juicio.
Los hombres tenemos derecho a matar pero no tenemos derecho a juzgar, cada ser humano compagino a lo largo de su vida su propio puzle, algunos tuvieron pocas fichas, alguno todas, a algunos les quitaron unas pocas a otros casi todas, matamos por conveniencia, matamos por supervivencia, por honor, por una causa, por una bandera, pero ninguna de estas premisas pueden ser justificadas para la redención.
No hay redención para el asesino, en teoría todos los asesinos son Sicarios, que es una palabra hebrea que significa aquel que asesina a los romanos [Lex Cornelia de Sicariis et Veneficis] en el siglo I algunos insurrectos se propusieron luchar contra los invasores y ocupantes romanos y contra sus partidarios de Judea. Estos recibieron el nombre de sicarii por emplear una espada corta oculta en sus túnicas. Solían atacar en días festivos, cuando la multitud que se congregaba en Jerusalén les permitía actuar con más impunidad y en eso hemos convertido este mundo, en un diagrama de Ven en que en las intersecciones de principios similares se unen para contrarrestar a símbolos desiguales y para realizar esta simple operación matemática se necesitan, hombres, sicarios que tengan aceptada su acepción de deshabilitar su juicio para arrebatar la vida a otros seres y sesgar su voluntades.
Cuantas aberraciones en nombre de la paz, en nombre de tantas cosas hemos hecho los seres humanos, cuantas, el género humano es el único animal de la tierra que posee la capacidad de la estupidez, ningún otro animal se puede tildar con ella.
Sé que no hay un juicio final, pero si hay un juicio personal, y es el peor de todos, porqué uno no puede mentirse a sí mismo y yo soy culpable, soy un sicario y acepto la sentencia, sólo quiero que en el último segundo de mi vida mantener mi decencia y no arrodillarme, porqué soy plenamente consciente de mis actos y ni quiero pedir perdón ni arrepentimiento, no quiero tener miedo en esa hora, todo asesino tiene su propia condena y yo tendré la mía, sólo espero ser integro en el último momento y no arrástrame ante una cruz ni recibir la extrema unción, he sido hombre, y he tenido mi vida y mi propio puzle, yo apreté el gatillo y una bala siempre dice la verdad, nadie me mando apretar, fue mi decisión, pude dejarlo libre y lo hubieran cogido en Mostar, Medjugorje, Pocitelj o Blagaj vagabundeando o borracho en cualquier taberna o cualquier esquina, aquel maldito bastardo se cruzó en mi vida y yo utilice mi instinto más primario y por ello he de vivir así todo el resto de mi vida. Era plenamente consciente que al apretar el gatillo saldría una bala con chaqueta metálica de 7.65 que viajaría sónicamente e impactaría contra la cabeza de aquel ser que al que apenas había vista unos segundos y no sabía los motivos que le habían conducido por la vida para desobedecer las leyes de los hombres, no pensé, sólo actué, para eso te entrenan para que no piensas, para que no tengas remordimiento, para que no tengas juicio, porque es el juicio lo que nos derrota mentalmente y todos los potentados del mundo, convierten sicarios para su benefacción u obra, así es el mundo, así ha sido y así será, mientras no provoquemos un caos que hagan que sean los propios potentados los que se maten entre sí.
El orden no es la solución, la solución es el caos, por eso hay poesía y poetas y son a estos a los que primero asesinan pues no hay arma más poderosa que la palabra.
A mi hijo le regalaron una cruz de oro muchos de aquellos musulmanes que yo fui a proteger, fundieron sus alhajas para hacer un símbolo en el que no creían, lo hicieron porqué creían en mí y por las obras que dejé, sentí mucho orgullo por ello, pero nunca podré perdonarme a mí mismo lo que hice, nunca.
La vida es como un rompecabezas; cada pieza tiene una razón, un lugar y un porqué, no insistas en poner piezas donde no caben.
Si matas a alguien eres un asesino, yo lo soy.