Gente
La gente surca
la acera cansada.
Uno tras otro
su mirada
pegada.
El trabajo y el tiempo
surcan sus caras.
El día gris ha llegado,
las prendas se suman,
solo el alma resta
desnuda,
sensual, y
muda.
El viento con sus navajas
hiere tus labios
besados.
Percibo el ácido
de tu carne,
la humedad,
casi tibia
de tu sangre
Hoy, también el día
gris ha llegado
y nuestro amor
que un día
nos hizo uno,
él mismo lo dividió
en cuatro.
Hoy mi corazón
no está entero,
dos trozos de él
ríen a carcajadas
Y
me sumo
a la gente
que vuelve cansada
caminando a la muerte
con la mirada pegada.