Mi voz trepa sobre el cuerpo
de la avaricia
y se encarama en la cima
de lo popular.
Sigue sobreviviendo en ella
como en cada instante
de la épica tan lejanamente
vecina.
Y por momentos es un
divino pájaro vocero
de los deseos de risa
infinita.
Tal vez no llegue
a la cita del arte
de alzar la voz
y del protagonismo
quedar aparte,
como del agua el arroz.
Irónica voz
que solo a la Libertad
y a ti quiere
buscarles.
Hasta que llega
a enmudecerse,
amándote entre el ceibal
de los arrabales.