"¡Aquí nos separamos compañeras!", "¡Disfruten que no hay segundas oportunidades!", "¡Que la tierra me reciba en sus brazos!", "¡No sé que elegir, desde aquí todo es tan lindo!", "¡Nos reencontramos en el arroyo!", "¡Recuerden que quien salpique no tiene premio!", "¡Pido el pecho del loco que abre sus brazos!", "¡Déjenme los labios de esos amantes!", "¡Hacia la copa de los árboles, dicen que son más suaves!", "¡Pido el colchón de rulos de aquel nene!", "¡Por fin voy a deslizarme por esas paredes!", "¡Esto se pone mejor más cerca del suelo!", "¡Aquí viene el tobogán de los paragüas!", "¡No, prefiero los charcos!", "¡Yo voy a la frente del pelado!", "¡Que nadie avive a los desprevenidos!", "¡De mi muerte que venga la vida carajo!", "¡Lágrimas, allá hay lágrimas, no se dejen confundir!", "¡Compañeras, dejad los ventanales para los perezosos!", "¡Buena vida!"...
"¡Señoras, fue un gusto volar a su lado contra viento y tempestad!", gritó al final el General que comandaba el batallón de gotas sonrientes.
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