...el muchacho lloraba, ella se contenía, pero ambos coincidían en un "te amo"...
...como siempre, interrumpiendo intimidades desde un silencio eterno, y eso hace que mi andar en el mundo apeste. He ahí, un desfile de locos, de miles, de cientos, de pocos. Despedidas y bienvenidas, amores, besos y lágrimas, pasiones y sueños, todos, absolutamente todos paseándose ante mis narices, sin dejar siquiera alguito para mi suerte...
Y por esos retazos de la existencia, aquel día de los inviernos sin lluvia, el detalle me atrapó... ¿Novios, esposos, amantes? ¡Qué carajo importaba!, el tipo lloraba en los andenes y eso me conmovió... ese lenguaje me apartó y me dio un lugar de privilegio del que no debía ser parte...
Generalmente suelo inventar elaborados finales para estas tristes historias, pero por alguna razón, ni la poesía ni las crueles palabras me dejaron interrumpir ese instante de devoción mutua... sé que la vida se compone de estas partículas, y alimentan a la desnutrida realidad de decadencia, porque incluso da esperanzas y bendiciones, y a ella nos aferramos como si fueran las últimas de este mundo...
...el muchacho lloraba, ella se contenía, pero ambos coincidían en un "te amo"...
(Después dicen que los bancos de estación, sólo somos pedazos de madera fría)
