-Si te fijás... el atardecer parece un gran mago del universo.
-¿Qué qué?
-Que cada día el atardecer se viste de un inconfundible mago... ¡Y allí, ante las miradas despreocupadas que lo ignoran!... sin querer te va haciendo desaparecer el sol en el mismísimo horizonte de tu nariz, luego te cubre con su capa polvorienta de sueños, y cuando parece que el
truco ya es suficiente, unos destellitos tristes se van convirtiendo en alegres cachetones de luz que pululan por los caminos de seda hasta hacer coreos alrededor de una cara de torta que les sonríe y bail...
-Uhhh. ¿No me digas qué te dio otra vez la chiripiorca y te olvidaste de tomar las pastillas?...
-Seee, "mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso"... si algo así.
-Pepepero, ¿Qué hago?, ¡Vamos al hospital!.
-No, no tranquilo, ya se me pasa, "campanada de lágrimas. Remolino de arrullos", ya se me pasa...
-¿Cómo era?, ¿El síndrome de qué?...
-De Neruda, el síndrome de Neruda... "recordarás los dones de la tierra: irascible fragancia, barro de oro..."
-¿Y qué hago, cómo te ayudo?.
-Un papel y lápiz... "azul y alada como los pájaros y el humo"... con eso basta.
-No, no tengo.. espera... ¿La boleta de agua que pagué recién, sirve?
-Si, si, aquí tengo una lapicera, "a veces como una moneda se encendía un pedazo de sol entre mis manos..." solo debo dejar salir unas palabras y todo se irá calmando...
-Sos raro... muy raro.
-Un poco nomas, "siempre, siempre te alejas en las tardes hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas"...
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