Quien dijo que la vida era fácil, que los anhelos más profundos
son posibles al amparo de los propios sueños, quien dijo que no se puede morir de amor, ni vivir si él, que la soledad es una buena compañera cuando solo regala frias noches y habitaciones vacias.
Quien dijo que el amor lo supera todo, con la altiva de seguridad de que su propia experiencia es aplicable a otros seres humanos, que pueden ser a la vez el ejemplo de la acción más fantastica y por otro lado la peor pesadilla jamás inventada.
No soy yo quien puede decir que no ha conocido el amor, pero sí quien lo perdió, no seré quien diga que todo es para siempre, pero sí quien sueñe con ello, y no fui quien descubrió la tristeza pero sí quien a veces la vive al extremo.
Porque no sé transformarme en lo que no soy, sé mostrarme como una perfecta contradicción, capaz de disfrutar al máximo y sufrir de igual modo, no entiendo de barreras y por eso quizás no sepa esquivarlas, y suspirando por ese beso que una vez me robó el corazón y se quedó escrito en mi alma.
Quien dijo que no se puede parar el tiempo al rozar tus labios con los de la persona que cada poro de tu piel deseas... supongo que nadie dijo que fuera fácil, pero si ante tantas experiencias, debo elegir, optaré por no rendirme, por darlo todo en cada mirada y mover las estrellas por la persona que me ame.
