Tiempos de oscuridad nublan los sentidos, convirtiendo las ideas en malas compañeras y los pensamientos en armas de doble filo, que al minuto te animan y al siguiente te hunden sin pedirlo.
Maldita niebla de sucesos imprevistos que envuelves mi corazón con ese aire de fracaso y desesperación tan familiar, y me sorprendo porque lo que más anhelo por momentos se me antoja ya extraño y olvidado, y lo que era mi peor pesadilla ahora se convierte en mi refugio donde no existe el duelo.
Tiempos oscuros tan solo rotos por la luz que brilla en todos nosotros, cortando la noche con un rayo de optimismo que busca el sol para volver con instantes felices que nunca más me abandonen.
Y así sobrevivo, como beduino en el desierto, aferrándome a cada gota de agua que en mi caso son la sonrisa de cada día, el detalle de una niña que me busca inocente dando el cariño más puro y sintiendo el calor de la amistad acariciando una piel que poco a poco pierde su tacto.
Tiempos oscuros, si, pero que nadie piense que lo acepto, seguiré lanzando sueños a la luna, sin entender como llevo dentro un amor puro, sin más intención que la felicidad de mi pareja, deseando llenar las horas de alegría, color y pasión con la que se escriben las leyendas, y aun así me puedo sentir solo como un trasto viejo que nadie quiere.
Tiempos oscuros que lucho para que toquen a su fin... cuan señor de los anillos, inicié la busqueda, no busco tesoros, busco los cimientos del alma que antaño fue poderosa y ahora apenas se sostiene pero que recuerda la fuerza que la hacía brillar, tiempos oscuros para soñar.