DE CARA AL DESTINO
Caminaba con fuerza, con el frío, tapaba la cabeza con un pañuelo,
añejas ideas se apropiaron de él.
Dormía poco, comía manjares propios de reyes, tanto culinarios como
los no culinarios.
Era valiente, quiso morir, dejar en sus grandes y fuertes manos la iniquidad
que le rodeaba.
Hundió entre ellas su cara, pensó,,, en un esfuerzo UNICO, sin más sombra
que la suya, cojió su destino y lo enfrentó de cara.
De un soberbio puñetazo, acabó con toda esa vida.
Con su destino caminó, enloqueció, se acostó,,, se despertó de una
pesadilla que no había tenido fin, hasta ese día, en que todo, todo , le dió igual.
Entonces empezó a vivir.