desierto
Una oración se escapa de su boca, sin mucho orden ni concierto,
el forcejeo con su interior es una llamarada que ahoga un enorme lapidario
que pesa sobre su persona.
Mirada con mirada, un rastro de caricias ausentes pretenden generar una idea,
una metáfora, llega a rozar la desesperación, desatando desde los toscos intentos de
iluminar todo lo posible.
Deliciosas ilusiones que destilan en la inmensidad un vacío que llega desde los viejos
tiempos.
Nuestras bocas son capaces de callar , entrecerrados , juramentos eternos que emergieron
del subconciente.
Predilección por la invisibilidad con una paciencia, de proporciones más que respetables,
incauta vida, cuando todo era, un oasis plácido, en el desierto de las sensaciones.