En un horizonte donde no se alcanza a ver el fin,
casi sin luz, sin sol, sin sombras, una nube de grandes
dimensiones avanza artificialmente sola, como la paloma
que salio del Arca de Noé, en el diluvio.
Surcando los cielos millones de estrellas, danzan al son de una
música que hombres y mujeres muertos de miedo rezan en silencio
para ahuyentar el miedo.
Refugiados en un frío que hiela hasta las ideas , se oscurecen ferrugientamente,
en sus horrores.
Teorias descabelladas y bien descritas en el paladar de algunos no son la
verdad, frente al tenebrismo del momento un virginal cielo se va nublando
con nubes negras, ausentes testigos dan su testimonio que en altar de la humanidad
se dan a conocer.
Peatones homicidas difuminados en la noche más oscura, que la humanidad conoce,
invadida de infecta carcomas, dan fin a la vida.