Aquel susurro al otro lado de la habitación,
me produjo un escalofrío que inundó , no solo mi cuerpo, sino la
pieza en la que estaba.
Era jadeante , acompasado, quizás un poco tétrico, como si viniese del
mismísimo infierno, una voz ronca y de sonido bajo, susurrante, aterradora, pareciera que decía mi nombre, así, en voz baja, casi inaudible, pero
lo suficientemente para ser oida.
El pánico se apoderó de mi corazón que ahora ya no latía en el pecho,sino que se había instalado en el cuello,los podía oir en mis venas.
Puse la espalda en la pared, sin dejar de mirar ese espacio donde el susurro se hizo hogar, con pocas fuerzas en las piernas me fui casi arrastrando a la puerta de salida, poco a poco, poco a poco,
hasta que una de mis manos logró coger el pomo, lo agarré fuertemente, lo giré, una y otra vez, pero el maldito pomo no podia abrirla, ya con la fuerza del miedo en todo el ser, cojí fuertemente la llave, y la introduje,
sin dejar de mirar ni un instante el lugar del susurro, los latidos de mi corazón ya eran en mi cabeza entera.
Logré abrir la puerta y salir despaborida, corriendo sin parar hasta que se veía un lugar lleno de gente que estaban en unos almacenes, la luz de allí y la algarabía, me hizo volver poco a poco, a mi ser.
Ya tranquila, debi de relajarme bastante para reirme un poco de esta aventura, que me pareció una fantasía sin más,
y me puse a andar tranquilamente por aquel colorido sitio, alegre, festivo, me ví mirando unos escaparates, cuando sin venir
a qué, un escalofrío volvió a recorrer mi espalda, oí de nuevo en mi nuca, el susurro mismo de mi casa, pero esta vez estaba justo detrás, ya cuando mis piernas decidieron no sujetarme, me dejé caer, me desmayé,y,,,,
no volví a recordar esa historia durante años, hasta ahora mismo, en que he vuelto a escuchar ese maldito ,,,,susurro