Como decía Picasso, que las musas te pillen trabajando día y noche. Que cuando lleguen, siempre tenga a mi alcance un papel y un boli. Que siempre esté jugando con las palabras, buscando inverosímiles combinaciones para que cuando la inspiración aparezca consiga escribir el mejor de los textos.
Siempre he soñado con hacer la fotografía perfecta y acompañarla de las palabras más bonitas jamás escritas. Que la imagen hable por sí sola y que las palabras evoquen imágenes en la mente. Una fotografía que con sólo mirarla te haga olvidarte del mundo, algo tan hermoso que el resto del universo a su lado, sea poco más que insignificante.
Sueño con componer historias, frases, dejar vagar mi pluma al ritmo de mis sentimientos. Deseo escribir algo que sea perfecto por su pura imperfección. Algo que cuando lo leas te transporte a algún lugar, algo que desees leer una y otra vez, que te atrape, te envuelva, que sea como una droga, que lo necesites para vivir.
Escribir para mí, es algo tan necesario como respirar. No lo necesito con tanta frecuencia pero cuando las palabras y las frases comienzan a agolparse en mi mente, tengo que plasmarlas en papel. Escribir es como un mal vicio, hay veces que parece que lo has dejado pero siempre vuelves a recaer.
