Delirios de grandeza, de locura o de rebeld韆, no lo s閰 Pensamientos que afloran a la superficie para dormir conmigo y contagiarme de sus pesadillas. Personas que viven conmigo, que caminan a mi lado, que me hablan, me animan, me acompa馻n. Personas que ignoro, que olvido, que trato de dejar atr醩. Pero no puedo.
Recuerdos fugaces de una vida amarga. Amaneceres fr韔s pegados a las s醔anas, olvidados en una cama sin hacer. Sue駉s que se quedan dormidos sobre mi almohada mientras yo salgo a enfrentarme, como cada ma馻na, con esa impert閞rita ciudad. El aire helado me corta los labios, me entumece las manos. Sabor a sangre, dolor, no importa, eso es bueno, me hace sentirme viva.
Vuelvo a casa como cada d韆, esa casa ocupada pero vac韆 de vida. La cama hecha. Los sue駉s ventilados. Y los delirios ya no son de grandeza, ni de locura, ni de rebeld韆. Son delirios sin m醩, sin apellido. Y cuando los delirios llegan s髄o puedo hacer una cosa, y es lo que hago: escribir.