Protagonista de un burdo espectáculo circense creado por un prestidigitador andante, mi vida se reducía a eso. Retiré mi carnaza del avispero asqueado por tanta hipocresía, pero sigo adolorido en lo más hondo por el chabacano juego del destino.
En mi aliento viciado por una estela de besos ardientes, me regocijo cuan amante desesperado, entre mis manos se deshace como humo la enternecida pasión sentida a tu lado. Cruenta burla, ahora lo se, arrancadas mis entrañas y expuestos mis sentimientos, para luego menospreciarlos sin escrúpulos. Cuanto más ansío odiarte más deseo volver a enredarme en tus encantos, volver aspirar el aroma que emana de tu esencia es lo que nubla toda mi cordura.
En los claroscuros de mi existencia prisionera, la mojiganga vida me mira con ojos pérfidos, me condena a esconderme en un disfraz de un diablo estrafalario, una figura herida, enjuta y despiadada. Subido al escenario de mi vida, cargo con una sonrisa trémula, desdibujada, emulando una fantasía hermosa con un final de tragicomedia.
Con mi corazón esclavizado a un amor que se fue, cambio de mascara, de pintoresco diablo a seductor casanova, burlador de incautas damiselas, permanezco impasible ejerciendo sin remordimientos la mendacidad en cada caricia.
Bello texto que con un rico lenguaje te permite meterte en la piel de ese personaje seductor que expuesto el mismo al amor, se siente agraviado por el rechazo.Un saludo cordial.