Qué pena. Tener que escribir para desahogarte siempre que las cosas salen mal. Pena también que los días pasen y darse cuenta de que no hay nada ni nadie en quien confiar. Que casi todos tarde o temprano te la dan. Que sólo están contigo por aparentar, por el qué dirán. Que nadie es capaz de mover ni un dedo por ti como tú pensabas, que en vez de apoyarte e intentar ayudarte a mejorar, te hunden más. Penoso. Y penosa la gente que no mueve el culo por ti después de tanto y tanto tiempo.
Seguramente habrá personas que no están en el lote, pero quién sabe, han sido tantas y tantas las sorpresas... Que ya no hay nada que me deje con la boca abierta. Es más, las espero. Pero ya me da absolutamente igual, si vienes dando guerra te van a dar bien por el culo.
Y aquí lo digo, en el puto muro de las lamentaciones, para que quede bien clarito.

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