Deseamos tener a la persona perfecta a nuestro lado, buscamos lo bueno y lo malo de cada una de ellas e intentamos que alguien adopte lo positivo formando así una persona que en realidad no existe. Que en realidad está en nuestras cabezas.
No nos damos cuenta de que tenemos que amar por el conjunto de lo bueno y lo malo, que lo bueno hay que aprovecharlo y cuidarlo, mientras que lo malo tenemos que aceptarlo, porque nadie es perfecto, ni tú ni yo, ni él ni nadie. Todos tenemos pros y contras, y es la mezcla de ambas lo que nos hace humanos. Lo que nos llega a enamorar.

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