Luminio, gracias por tus palabras ya que contienen la verdad. Ya ha pasado esa barrera de la que hablas, ya que el poema, aunque fechado en 2008, está construido de recuerdos que no se borraron; tiene 19 años, pero sigo viendolo como ese niño y seguimos jugando a otros juegos; sigue tomando el mando, además de hacerme trampas, y lo sigo llamando Carlitos.
Un abrazo y disfruta de esos momentos que nunca se van si estás unido a él. Mi hijo conoce este poema y lo guarda en una cajita mágica, como él la llama.
Carlos
Los que tenemos hijos sabemos que no son una posesión; tan solo nos los prestan para que les cuidemos y les encaminemos en la vida. Pero...cómo olvidar esos tiempos en que ellos pensaban que papá o mamá eran los más listos y los mejores?
Beth,
mis dos hijos ya no creen eso,pero parecido..me consultan cosas increibles y mi pequeño de 19 me dice ...eres el mejor padre que pude tener. La vida mee ha dado palos,pero en esto soy muy afortunado.
Besos
Carlos
Resulta familiar tu texto, sencillo y alentador de que la vida tiene muchos matices hermosos.
Mi saludo.
Por las fechas, pronto se acercará o estará rozando la prepubertad. Intenta que siempre siga viéndote desde la inocencia, que nunca te desmitifique, que sigas siendo lo más grande para él. Es muy entrañable tu poema. El amor filial es, sin duda, el más incondicional.
Por mi parte estoy muy orgulloso de tener un único hijo que con diecisiete años todos los días, antes de acostarse, nos besa a su madre y a mí, haya pasado lo que haya pasado durante el día.
Saludos